A pesar de las diferencias que existen entre todos, hay personas que somos esencialmente distintas, de esas que nunca vendimos nuestros pensamientos a los demás, y que fuimos encarcelados por ellos, somos los que se nos dio la posibilidad de mirar mas allá de lo que se ve... Eso soy yo...
Pero… Existe algo llamado sociedad... esa que al parecer es nuestra amiga, pero que en algún punto de la historia, termina siendo una enemiga, luego de quitarnos todo nuestro poder. Es eso que nos cierra el alma y que limita el poder de la imaginación, esa que encarcela a las almas que ostentan el poder, esa misma que destruyo todo en mi, esa que estableció mis reglas, y se adueño de mi vida, tanto que ahora mis pensamientos mueren antes de empezar a vivir, esa que descubrió la capacidad que tengo para apasionarme y me utilizo para sus propósitos, y luego me tiró a la basura...
Esa que descubrió en mi alma el amor... y decidió hacer que este me lastimara, esa sociedad que encontró mi, inocencia, y se la llevo de una forma vil, esa que cada vez que intento escapar, me da un castigo peor, esa que daño cada centímetro de mí y me convirtió en un monstruo, la que me enredó en sus juegos y me hizo ser traidor, esa que convirtió mi amor en odio, mi triunfo en fracaso. La que arrasó con cada buen sentimiento de mi alma, la que la dejó tan acabada, que ahora se que se me es imposible sanarla.
Este es el tipo de alma que no cree en los derechos, que se dedica a los deberes, pues ya no tiene sueños, ni deseos, son aquellas que piensan que la muerte es la única justicia, y como la sociedad no morirá, esperan ansiosas que la muerte se las lleve, porque ya no hay nada por lo que quieran, ni puedan luchar.
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