16 de enero de 2012

¿Que pasará el día en que ya no este?

-¿Que pasara el día en que ya yo no este?- gritó agobiado en uno de los abismos que acompañaba a la muy alta montaña, cansado de llevar la responsabilidad encima de si y aun siendo responsable de nada,  su grito se extendió por la cordillera, y al no encontrar una respuesta siguió escalando hacia la cima, consolándose así mismo y sorteando su llegada a la cumbre; -Nada, todo seguirá exactamente igual- respondieron del otro lado; algo asustado, y mucho mas curioso, se acercó un poco a un peñasco, cerca  del abismo,  para  poder escuchar mejor, - ¿ Qué pasará cuando ya no este ?- volvió  a gritar, desesperado, rogando por una nueva respuesta, una que fuera menos  dolorosa, -Nada, todo seguirá exactamente igual- respondió la misma voz, -¿Cómo lo sabes ?-  pregunto aquel hombre enojado y  agobiado por una impotencia incontrolable, - Ten calma… te extrañaran, solo algunos, a otros les alegrara y a muchos otros les dará lo mismo-respondió suavemente, una voz  en una montaña mas cercana,- Mentiras lo sabes, ¿ Por qué simplemente no le dejas ver la verdad?- dijo la misma vos lejana, con mas enojo y frustración que otra cosa, desencadenando en la dulce y tierna voz cercana una terrible impotencia y dijo - ¿ Que Quieres que sepa ah? ; Que no el mundo va a seguir girando, que la vida de los que conoce va a seguir,  que lo olvidaran con el tiempo, que  al final te todo no será mas que polvo que alguien barrera, eso, no más, no seas estúpido…-  ese insulto fue mas de lo que  la montaña lejana pudo aguantar  y respondió sumido en una gran ira y desesperación,- Estúpido yo, que quieres que sepa, que lo extrañaran, que dejara un espacio irremplazable en el corazón de quienes lo amaron y en el de aquellos  a los que les enseño,  patrañas lo sabes,  las personas que se van son como las piezas perdidas de un rompecabezas,  puedes fabricar otras que encajen  en sus espacios, y con el tiempo se acoplaran tan bien que casi ni podrás notar que no son las originales. No le mientas para que sea feliz - ; aquel pobre hombre que había gritado con tal desesperación  y agonía se encontraba ahora en medio de una temible disputa, en su mente giraba gran cantidad de preguntas, desconsuelos, impotencia, temor,  mientras  aquellas dos voces de montaña en negrecían el cielo y hacían sopla vientos de tormenta, la montaña cercana responde – ¿Pretendes que por tu absurda verdad viva amargado e infeliz? ; Es preferible entonces que viva en una mentira  que genere ilusión- de repente un grito ahogado en la montaña, - Déjenme en paz- termino con la disputa de los dos altos montes, el hombre habiendo entendió que no había una respuesta justa para lo que pasaría cuando él ya no estuviera  decidió al fin tomar su equipaje y seguir su camino sin preocuparse de aquello pues como no iba a estar, no importaba lo que pasara pues los que estaban lo sabrían sortear.